Querid@s amig@s:
Ha terminado el verano. Hemos celebrado con gozo y devoción la novena y fiesta de la patrona Ntra. Sra. de la Antigua, en la concatedral de Santa María
Don Julián, nuestro obispo, en su carta del domingo 08 de septiembre, nos dice que, debemos continuar mirando hacia adelante.
Como saludo ante el inicio de las actividades en la parroquia, os transcribimos alguno de sus párrafos:
«En este tiempo, en que recuperamos el ritmo habitual de nuestras actividades y costumbres. Después de haber renovado fuerzas, llega el momento de las programaciones. Lo hacemos con el deseo de vivir en clave misionera y evangelizadora nuestra condición de cristianos.»
«Como comunidad creyente hay algunas inquietudes que nos conciernen:
Las vocaciones. Hemos tomado conciencia de que cada uno somos una misión y que, a partir del bautismo, la llamada de Dios nos invita a responder con generosidad. El sacerdocio, la vida consagrada, el compromiso matrimonial y la responsabilidad seglar son cauces de respuesta. Quienes desean seguir a Jesucristo como sacerdotes o consagrados requieren nuestra oración intensa, nuestro acompañamiento fraterno y la seguridad de que dispondrán de los medios más adecuados para profundizar en sus procesos vitales.»
«La dimensión socio-caritativa de nuestra fe, con especial incidencia en la Doctrina Social de la Iglesia. Para que la fe se haga compromiso en la caridad y tenga reflejo en el tejido social, debe encontrar orientación en los textos que configuran el apasionante bagaje que la Iglesia ha desarrollado a lo largo de los siglos en reflexión sistemática, criterios, iniciativas y orientaciones.»
«El primer anuncio, entendido como novedad gozosa que facilita el encuentro con Jesucristo. Quienes no han oído hablar de Cristo, lo rechazan o ignoran, o incluso le dan la espalda, necesitan conocer y saborear la vida, el estilo, las palabras, los gestos, las actitudes y el horizonte de nueva vida que hallamos en el Hijo de Dios.»
«El mundo rural, como opción definida e integradora. No se trata de negar la realidad urbana de la diócesis, sino de considerar con atención y cuidado el conjunto de personas que viven en núcleos poco poblados y sufren las consecuencias de la lejanía geográfica, la falta de recursos y el olvido de las instituciones.
«En estos cuatro últimos meses del Año Jubilar continuamos siendo peregrinos de esperanza. El itinerario recorrido no se agota, sino que se abre a nuevas oportunidades e iniciativas en esta nueva etapa».
A todos os deseamos un feliz inicio de curso y que para todos sea un tiempo de mirar hacia adelante.
Vuestros sacerdotes
Agustín Bugeda (Párroco)